Estadísticas de trastornos alimenticios

estadísticas de trastornos alimenticios

Leyendo prensa libre me encontré con estas estadísticas que dejan mucho que pensar sobre los trastornos alimenticios que muchos jóvenes y señoritas hoy por hoy están viviendo en carne propia.

Según prensa libre:

  • En el mundo, 70 millones de personas padecen un desorden alimenticio.
  • 4 % de las mujeres universitarias a nivel mundial tiene bulimia.
  • Desde el año de 1960 hasta la fecha se ha duplicado la cifra de personas con un trastorno alimenticio.
  • 50,000 personas han muerto en los últimos 50 años por esta causa.
  • 5 – 10 millones de personas padecen bulimia o anorexia en EE. UU.

La nota esperanzadora de todo esto es que:

  • 60 % de los pacientes se recuperan totalmente con el tratamiento adecuado.

Recomendaciones finales.

Definitivamente, estos trastornos son algo que como iglesia, y más aún como líderes y pastores juveniles, no debemos dejar pasar por alto. De allí que mis recomendaciones son:

Cúbrelo en oración. Definitivamente, sabemos que la oración es un arma poderosa, pues a través de ella nos acercamos a nuestro Padre celestial en el nombre de Jesús para entregarle todas nuestras cargas o alegrías.

Es así, que si estás ayudando a un chico o chica que está teniendo problemas con bulimia o anorexia, te recomiendo que aparte de buscar ayuda para él; también lo cubra a diario en oración. Pidiéndole al Señor que él ayude a este chico o chica para que pueda encontrar la plena libertad en Cristo.

Enséñale quién es en Cristo. Ante un momento difícil como lo es luchar con estos dos trastornos, te recomiendo que ayudes a tu chica o chico a conocer a través de las Escrituras quién es él en Cristo.

Un buen marco de referencia puede ser el artículo: Mi identidad en Cristo. Escrito por Neil Anderson y Rich Miller.

Busca ayuda: Si tienes a un chico o chica que está pasando por alguno de estos trastornos. Deberás buscar ayuda estando seguro de que abran médicos, instituciones o ministerios que te podrán dar una mano para que él o ella pueda salir adelante.