La carta que Pablo escribe a Filemón consta sólo de 25 versículos. Cuando la leía esta mañana, el versículo 7 saltó ante mí de una manera especial:
“…porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos“. Otra versión dice “por el alivio que los corazones de los santos han recibido de ti, hermano“.
Confortar es “dar vigor o fuerzas” a alguien. Filemón era una persona que no añadía cargas a los corazones tristes. Él tenía una gran facilidad para aliviar las cargas pesadas que hundían a sus hermanos en la fe. Necesitamos ser como Filemón: personas dispuestas a aliviar las cargas de nuestros hermanos.
Hay ocasiones en las que estamos tan ensimismados, tan centrados en nosotros mismos, que lo único que alcanzamos a ver son sólo nuestras preocupaciones y problemas. Pensamos: -“bastante tengo yo con lo mío como para ayudar a los demás”. Si continúas leyendo la carta, observarás que Filemón aún no lo había dado todo. Todavía, Pablo se atreve a exigirle más. Pablo está seguro de que Filemón aceptará el nuevo desafío. ¿Crees que puedes aceptar el reto de dejar a un lado tus preocupaciones para ayudar a otra persona en su debilidad? Jesús es nuestro maestro por excelencia:
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)
Echa tu carga sobre Jesús para poder levantar las de los demás.
[note note_color=”#fef0b4″]Este artículo fue una colaboración de Fran Sanchez.
Profesor de lengua en secundaria. Me apasiona aprender y enseñar. La Biblia es mi manual de instrucciones. Aprendo mientras sirvo y sirvo enseñando. » Sígueme en El blog de Francisco Sanchez o en Twitter @elblogdefran.[/note]
One response to “Personas que confortan”
La cuerda que más se desafina en nuestro ser si no recibe el adecuado mantenimiento, es la del espíritu. ! Cuanta necesidad tenemos de afinarnos con el único sonido cierto! – SU PRESENCIA- Si, especialmente los que sonamos a menudo desde el púlpito. Dios nos ayude.