El arte de delegar

En el ministerio no podemos ser todologos (o lideres orquestas). Tenemos que aprender a delegar.

Justamente hoy escucha a un maestro hablar acerca de una hermana que luego de salir del seminario se comenzó a involucrar en la obra pues su deseo era servir al Señor lo más que pudiera.

Tanta fue la carga ministerial que tomo que en poco tiempo sufrió un paro cardiaco (o ataque al corazón). Imagínate el cuadro; una joven de no más de 25 años sufre un paro cardiaco por tanto estrés. Luego de un tiempo tras haber estado en recuperación.

Se reunión con un psicólogo cual le ayudo a organizar su agenda. ¡Ah! fue hay que se descubrió que esta hermana tenia en su agenda 11 actividades a la semana. El psicólogo descubrió que esta joven se acostaba a las doce de la noche, y se levantaba a las tres de la mañana todos los días.

Caso como este nos recuerda que somos seres humanos y que tenemos necesidades básica como comer <teniendo una alimentación balanceada>, dormir <lo suficiente> ect.

Es así que si queremos llegar a ser más efectivos en el ministerio sin exponer nuestra salud o la de otros. Debemos aprender a delegar.

En la Biblia encontramos que Jetro en suegro de Moisés le aconseja que busque gente en la cual pueda delegar la carga. (Éx. 18.21) “Además, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.”

El consejo que moisés recibió de su suegro es un consejo sabio que nos puede ser muy útil para nuestro tiempo.

Debemos saber que el líder que no delega en algún momento se encontrara en problemas.

Quizás pasen unos meses, o tal vez un año, o varios años. Pero si no delega tarde o temprano desfallecerá. Se cansara y le será difícil continuar en la obra que esta realizando.

“Y el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Con seguridad desfallecerás tú, y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no puedes hacerlo tú solo.” (Éx. 18.17-18)

Por el hecho de haberlo vivido en mas de una ocasión se que no existe peor cosa que sentirse agotado en el ministerio. Claro, nos hablo del agotamiento normal que todos sentimos; sino esa clase de agotamiento que es constante en nosotros. El cual pareciera que no se nos quita, con el agotamiento puede que venga el estrés, el desanimo, o en casos extremos el querer abandonar el ministerio.

A continuación veremos algunos de los beneficios que se pueden recibir cuando delegamos.

Beneficios cuando se delega:

  1. Se dará a nuevos líderes la oportunidad de desarrollar su potencial y crecer.
  2. Se abarcara mas campo de acción; ya sea en la iglesia o en la comunidad donde se sirve.

Ahora ¿por que para muchos de nosotros es difícil delegar?

Bueno, para contestar esta pregunta te diré que existen varios factores que contribuyen para que sea difícil delegar.

Algunas veces la dificultad tiene que ver con la baja autoestima, la inseguridad, el temor al fracaso o a veces tiene que ver con la envidia.

Para muchos de nosotros nos es difícil delegar:

  • Porque temor de que la persona sobre la cual hemos puesto una responsabilidad nos falle.
  • Por miedo de que la persona sobre la que hemos delegado la responsabilidad nos llegue a remplazar.
  • En un sentido negativo; algunos lideres no delegan porque les gusta siempre sobresalir y no conciben tener a alguien que realmente llegue a ejercer una influencia mayor que la de ellos.

Personalmente creo que si tu estas leyendo este artículo es porque sientes el deseo de aprender a delegar en otros ciertas responsabilidades.

Por eso, para finalizar te quiero compartir algunos pasos fáciles para comenzar a delegar.

  • Primero: el líder dice al discípulo yo hago y tu me miras. (Observación). En este punto se le enseña a la persona como se debe hacer el trabajo.
  • Segundo: el líder dice al discípulo yo hago y tu me ayudas (trabaja en equipo). Es en este punto donde con la ayuda de la persona se hace el trabajo.
  • Tercero: el líder dice al discípulo ahora hazlo tu mismo y yo te superviso (delegar). Aquí se le da a la persona la oportunidad de desarrollar el trabajo solo(a) pero algo importante es que el líder siempre deberá estar pendiente, por si la persona necesitara ayuda.

Al fin de cuentas delegar se deletrea C-O-N-F-I-A-N-Z-A.

Oro para que Dios te ayude a ser un mejor líder; un líder que aprende a delegar.