Hace unas semana atrás mi amigo Emilio (Milo), me mostró parte de un vídeo que el utilizaría ese día para la predicación del día del padre en su iglesia. Debo comentar que mientras veía este vídeo vino a mi mente: ¡Wow, si así es el amor de un padre humano, cuanto mayor sera el amor de Dios Padre!
De hay que ayer que lo volví a ver pensé que seria un excelente recurso que los líderes o pastores juveniles podría usar ya sea en un culto de jóvenes, o en una clase de discipulado o escuela dominical, o incluso en un retiro. Esto para ilustrar el amor que un padre tiene por su hijo. Lo cual podría abrir la puerta para luego hablar sobre el amor de Dios Padre por nosotros.
Dicho esto te comparto el vídeo al que anteriormente hice referencia, y una pequeña biografía del mismo.
[youtube_advanced url=»https://www.youtube.com/watch?v=8qCtP_5gEvc» rel=»no» https=»yes»][Vídeo][/youtube_advanced]
Esta historia es de un padre australiano que realizaba cada año el Ironman de Australia, y su mayor ilusión era competir al lado de su hijo dicha prueba, el cual, y por desgracia, nació con parálisis cerebral.
El Australiano nunca vio la situación de su hijo como un obstáculo y entrenó muy fuerte junto con su hijo, por varios años hasta que llegó la hora.
